HEDY LAMARR o el arte de la inteligencia.





TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD:

MUJERES PARA LA HISTORIA



HEDY LAMARR
(la actriz superdotada)



Fue la única hija de un matrimonio de judíos secularizados. Su madre, era pianista y su padre banquero. Desde pequeña destacó por su inteligencia y fue considerada por sus profesores como superdotada. Empezó sus estudios de ingeniería a los 16 años, pero tres años más tarde, en 1933, abandonó la ingeniería atraída por su vena artística, y empezó en el teatro berlinés como alumna del director Max Reinhardt.

Así inició su carrera cinematográfica, y pronto sería mundialmente famosa por la secuencia de la película Éxtasis (1933). Por dicha escena se la conocería como la primera mujer en la historia del cine que apareciera desnuda en una película comercial.

Atraído por la película, el magnate de la industria armamentística Friedrich Mandl arregló con sus padres un matrimonio de conveniencia y fue prometida en matrimonio en contra de su voluntad. Hedy calificó posteriormente esa época como de auténtica esclavitud.

Por otra parte, Hedy había aprovechado su soledad para continuar sus estudios de ingeniería, y utilizar su inteligencia para obtener de los clientes y proveedores de su marido los pormenores de la tecnología armamentística de la época. Dichos conocimientos fueron cedidos por la actriz a las autoridades de los Estados Unidos años más tarde; igualmente algunas reuniones le sirvieron de guía para idear y patentar, en los años 1940, la técnica de conmutación de frecuencias, que le devolvería notoriedad en los últimos años de su vida. Inventó un sistema de comunicación que es la base del WiFi, el Bluetooth y otras tecnologías actualmente en uso. Por eso, en la fecha de su nacimiento, el 9 de noviembre (de 1914), se conmemora el "Día del Inventor".

Además, Lamarr desarrolló otros inventos: una versión mejorada de los semáforos y una pastilla para crear una bebida gaseosa.


Sistema de comunicaciones secreto

Lamarr, conocedora de los horrores del régimen nazi a través de su marido Mandl, próximo al fascismo,​ y por su condición de judía, ofreció al gobierno de los Estados Unidos toda la información confidencial de la que disponía, gracias a los contactos de su exmarido. 

Además, consideraba que su inteligencia podía contribuir a la victoria aliada. Así, se puso a trabajar para la consecución de nuevas tecnologías militares.

Hedy sabía que los gobiernos se resistían a la fabricación de un misil teledirigido por miedo a que las señales de control fueran interceptadas o interferidas fácilmente por el enemigo, y que pudieran inutilizar el invento o, incluso, usarlo en su contra.

Hedy Lamarr y el compositor George Antheil recibieron el número de patente 2.292.387 por su Sistema de comunicación secreta.​ Esta versión temprana del salto en frecuencia, una técnica de modulación de señales en espectro expandido, usaba un par de tambores perforados y sincronizados (a modo de pianola) para cambiar entre 88 frecuencias, y se diseñó para construir torpedos teledirigidos por radio que no pudieran detectar los enemigos.

El 1 de octubre, aparecía en The New York Times la primera mención pública del invento, a pesar de lo cual las autoridades de la época no consideraron la posibilidad de su realización práctica inmediata. La tardanza en aplicarlo se debió a la necesidad de pasar de un sistema mecánico a uno electrónico. Esto fue logrado por Sylvania Electronics, en 1957, y su equipo de ingenieros reconoció en su totalidad la patente a Lamarr y Antheil.

El primer uso conocido de la patente se dio en la crisis de los misiles de Cuba. Durante esta crisis de 1962 se usó este sistema en el control remoto de boyas rastreadoras marinas. La misma técnica se incorporó en alguno de los ingenios utilizados en la guerra de Vietnam y, más adelante, en el sistema estadounidense de defensa por satélite (Milstar), hasta que en la década de 1980, el sistema de espectro expandido vio sus primeras aportaciones en ingeniería civil. Así, con la irrupción masiva de la tecnología digital a comienzos de esa misma década, la conmutación de frecuencias permitió implantar la comunicación de datos WIFI.


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